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Santo del Día

10 DE JUNIO: S. LANDERICO, OBISPO DE PARIS

Landerico fue el 28º obispo de París. Se dedicó con grande celo apostòlico a ayudar a los pobres en el territorio de Neustria, incluso vendiendo los ornamentos sagrados para alimentarlos. Construyó un hospital junto a la catedral, dedicado al cuidado de las personas pobres. Murió alrededor del 657.  

11 DE JUNIOS. BARNABÉ APÓSTOLóstol 

«La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos. Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades. Y así José, llamado por los Apóstoles Bernabé –que quiere decir hijo del consuelo– un levita nacido en Chipre que poseía un campo, lo vendió, y puso el dinero a disposición de los Apóstoles». (cf. Hch 4,32-37).

En el precedente texto del libro de los Hechos de los Apóstoles se menciona a José o Bernabé entre los que se reunieron alrededor de los apóstoles después de la muerte de Jesús en Jerusalén. Era una comunidad de creyentes que vivían fraternalmente compartiendo sus bienes. Otra tradición - reportada por Eusebio de Cesarea, que se inspira en Clemente Alejandrino - incluye Bernabé entre los 72 discípulos enviados por Jesús en misión para anunciar el Reino de Dios, por lo tanto lo incluye ya en el primer grupo de los seguidores de Cristo. En cuanto a sus orígenes, sabemos por el libro de los Hechos de los Apóstoles que nació en la isla de Chipre, era judío y se llamaba José. (cf. Hch 4,36).

Cristiano en Jerusalén

Bernabé es uno de los discípulos más reconocidos de la primera comunidad cristiana que, aunque no era de los Doce, también fue enviado como apóstol. En efecto, gracias a él, Pablo que acababa de convertirse en el camino a Damasco fue acogido en Jerusalén por los apóstoles y la comunidad pues era claro que muchos desconfiaban de ese Saulo que había perseguido a los cristianos, (cf. Hch 9, 27) pero Bernabé lo acogió y lo introdujo en la comunidad. Considerado un «hombre virtuoso, lleno del Espíritu Santo y de fe», (cf. Hch 11,24), fue enviado a Antioquía de Siria, de donde habían llegado noticias de numerosas conversiones. Una vez que notó que muchos creían verdaderamente, Bernabé se regocijó y exhortó a todos «a perseverar con un corazón resuelto en el Señor», y luego pidió a Pablo ayuda para ser apoyado en su servicio a la nueva comunidad de creyentes. Una vez más, por lo tanto, Bernabé intervino en la vida de Pablo, empujándolo hacia su misión como Apóstol de los Gentiles. Los dos permanecieron en Antioquía durante un año instruyendo a muchos y fue aquí donde «por primera vez los discípulos se llamaron cristianos». (cf. Hch 11,22-26).

En una larga misión con Pablo

Después de la predicación en Antioquía, Bernabé y Pablo parten para una nueva misión en Chipre. Con ellos también está Juan, llamado Marcos (el evangelista), primo de Bernabé. La siguiente etapa es Panfilia, pero aquí el inexperto Juan decide regresarse a Jerusalén (tal vez por miedo). Bernabé y Pablo continúan, hacia Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra, Derbe y, fnialmente, regresan de nuevo a Antioquía de Siria. También van a Perge y a Atalia. El creciente número de conversiones de los gentiles dio lugar a disputas sobre si la circuncisión era necesaria, por lo que, alrededor del 49, Bernabé y Pablo regresaron a Jerusalén para discutirlo con los apóstoles. (cf. Hch 15,1-35). Poco después los dos se prepararon para una nueva misión, pero Bernabé quería volver a viajar con Juan, mientras que Pablo, (aún resentido por el abandono anterior), estaba en contra: no confiaba en el joven. Bernabé, en cambio, vio en él a un discípulo por recuperar. Al no encontrar un acuerdo, sus caminos se dividieron: Bernabé se embarca para Chipre con su primo. Pablo, en cambio se va a Asia. (cf. Hch 15,36-40).
«También entre los santos existen contrastes, discordias, controversias. Esto me parece muy consolador, pues vemos que los santos no han caído del cielo», dijo Benedicto XVI recordando el vínculo entre Bernabé y Pablo en la catequesis de la Audiencia General del 31 de enero de 2007, y añadió: «La santidad no consiste en no equivocarse o no pecar nunca. La santidad crece con la capacidad de conversión, de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón». De hecho, más tarde, Pablo hablará de nuevo de Marcos como su colaborador, en su carta a Filemón y en la segunda a Timoteo.

Desde Italia hasta el martirio en Salamina

El Nuevo Testamento ya no nos da más noticias ciertas sobre Bernabé, pero algunos textos bizantinos hablan de un viaje con Pedro que lo lleva a Roma. Desde allí habría continuado hacia el norte de Italia. En Milán, en particular, su predicación habría dado lugar a varias conversiones y a la primera comunidad cristiana de la ciudad, que por esta razón lo considera su primer obispo. Las Actas de Bernabé, una obra ya del siglo V, cuenta su muerte en Salamina, donde habría sido apedreado por los judíos sirios en el año 61. Hoy en día en Salamina la tumba de Bernabé todavía existe y se dice que se habría aparecido en un sueño al obispo de Salamina, Anthemios, a finales del siglo V, quien habría trasladado los restos del apóstol a la basílica que quiso dedicarle.

 

12 DE JUNIO: SAN LEÓN III, PAPA

 

S. León III, papa, Basílica de San Pablo Extramuros

Papa de 795 a 816, León III combatió la herejía que veía a Jesús hombre sólo como un hijo adoptivo de Dios; también buscó aclarar la cuestión "Filioque" del Credo. El 25 de diciembre de 800, coronó a Carlomagno Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en la antigua Basílica de San Pedro.  

 

13 DE JUNIO: S. ANTONIO DE PADUA, SACERDOTE FRANCISCANO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

 

s. Antonio de Padua, siglo XVIIs. Antonio de Padua, siglo XVII  (© Musei Vaticani)

Su nombre de bautismo es Fernando. Portugués, de Lisboa, nace en una familia noble en 1195, se supone que el 15 de agosto. Tiene 15 años cuando entra en la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín. Se prepara para el sacerdocio en Coimbra (Portugal), en el Monasterio de Santa Cruz. Es ordenado a la edad de 24 años, y dirigido hacia la carrera de teólogo y filósofo. Pero desea una vida religiosa más severa. La convulsión estalla cuando llegan a la iglesia de la Santa Cruz, los restos de cinco misioneros franciscanos torturados y asesinados en Marruecos

De la regla agustiniana a la regla franciscana

Fernando decide dejar a los canónigos agustinos, y seguir las huellas de Francisco de Asís, y elige llamarse Antonio, para imitar al santo anacoreta egipcio. Madura una llamada fuerte a la misión, y con este ideal parte inmediatamente para Marruecos.  Pero contrae una enfermedad y se ve obligado a un reposo forzado. No puede predicar. No le queda otra que volver a Lisboa, pero una tempestad lleva la nave en que está embarcado hasta las costas de Sicilia. Antonio se cura, y en 1221 llega a Asís, donde Francisco ha convocado a todos sus hermanos. Esta es la ocasión para conocerlo en persona. Es un encuentro sencillo; Antonio fortalece su elección de seguir a Cristo en la fraternidad y “pequeñez” franciscana y es enviado a Romaña, al retiro de Montepaolo. Aquí, se dedica sobre todo a la oración, a la meditación, a la penitencia y a trabajos humildes.

Antonio predicador

En septiembre de 1222, Antonio es enviado a predicar a Forlì, aquí se revela su talento. De sus palabras emergen, la profunda cultura bíblica y la sencillez en la expresión. En La Assidua, la primera biografía de San Antonio, se cuenta: “su lengua, movida por el Espíritu Santo, se puso a razonar sobre muchos argumentos, con ponderación, en manera clara y concisa”.  Desde ese momento, Antonio comienza a recorrer el norte de la península itálica, y el sur de Francia, predicando el Evangelio a gentes y pueblos generalmente confundidos por las herejías del tiempo, sin ahorrarse palabras de corrección contra la decadencia moral de algunos exponentes de la Iglesia. El año después, en Bolonia, será maestro de teología para los frailes en formación;  es el proprio Francisco quien le hace este encargo, en una carta que lo autoriza, recomendándole que no descuide la oración.

La elección de Padua

Por los talentos que muestra, puestos al servicio del Reino de Dios, Antonio, a la edad de 32 años, es nombrado superior de la fraternidad franciscana del norte de Italia. En este cargo, no escatima sus visitas a los numerosos conventos bajo su jurisdicción y abre nuevos conventos. Mientras continúa predicando y arrastrando grandes multitudes, pasa muchas horas en el confesionario y se reserva momentos para retirarse en soledad. Elige vivir en Padua, en la pequeña comunidad franciscana de la Iglesia de Santa María Mater Domini, y a pesar de ausentarse por períodos breves, establece con la ciudad un fuerte ligamen, prodigándose en  favor de los pobres y contra las injusticias. Será en Padua donde escriba los Sermones, un tratado para formar a los hermanos en la predicación del Evangelio y en la enseñanza de los sacramentos, sobre todo la Penitencia y la Eucaristía. Su sermón de la Cuaresma de 1231 es considerado su testamento espiritual, en el que se debe incluir su amorosa dedicación por horas y horas a la Confesión.  Celebrada la Pascua, Antonio, que ya tiene problemas de salud y está bastante deteriorado por las fatigas, consiente retirarse por un período de convalecencia, con otros hermanos, y acepta la invitación a un retiro y meditación, en Camposampiero, a pocos kilómetros de Padua. Pide que le sea adaptado un pequeño refugio sobre un gran nogal, para pasar las jornadas en contemplación y dialogando con la gente sencilla del lugar, volviendo al retiro al anochecer. Es aquí donde tiene la visión del Niño Jesús. El 13 de junio, le sobreviene un malestar; comprende que su hora ha llegado y pide que le lleven a morir a Padua. Es transportado en un carro de bueyes, pero llegando a Arcella, pequeña aldea cerca de la ciudad, expira murmurando: “veo a mi Señor”. En deuda con San Agustín en el pensamiento, Antonio conjuga de forma original, mente y corazón, búsqueda de la especulación y ejercicio de la virtud, estudio y oración. Doctor de la Iglesia, en Padua le llaman simplemente “el Santo”.

 

14 DE JUNIO: SAN ELISEO, PROFETA

Sant'Eliseo, icona

El profeta Eliseo era un rico pastor-agricultor de Abel-meholah, el sucesor de Elías. (1 Re 19,16). Fue el más taumatúrgico de los profetas del Antiguo Testamento. No dejó nada escrito, aunque anunció la salvación universal de todos los hombres. Murió en el 790 a.C. y fue sepultado en Samaria.  

 

15 DE JUNIOS. VITO, MÁRTIR EN LUCANIA

s. Vito

El único dato histórico es el martirio en Lucania, pero su culto está atestiguado desde el medioevo. Quizás siciliano, es conocido por los prodigios de sanación. Se invoca contra la epilepsia y la corea, una enfermedad que causa movimientos incontrolables conocida como el “baile de san Vito”.